Se ha avanzado en cerrar las brechas, pero no lo suficiente

Es fundamental fomentar políticas públicas diferenciadas y repensar las medidas aplicadas hasta ahora para tener una sociedad más inclusiva, con acciones en favor de las mujeres y niñas.



Inka Mattila está en República Dominicana para trabajar por el desarrollo sostenible del país. De nacionalidad finlandesa, es economista con un máster en Ciencias Sociales y Economía de la Universidad de Helsinki. Cuenta con 20 años de experiencia aplicando un enfoque interdisciplinar a soluciones para el desarrollo en diversos contextos y sectores.

“Creo que es importante enfocarse en las oportunidades, salir de la zona de confort y buscar una vida plena y equilibrada entre lo laboral y lo personal. La vida es un constante aprendizaje”, afirma. 

La representante residente del Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, señala que tiene la suerte y responsabilidad de poder combinar su pasión por las sociedades, culturas y la naturaleza con una labor como funcionaria pública internacional, con una alta sensibilidad y consciencia del para qué de su labor. 

 

¿Cuál es la clave para que una mujer venza la brecha de género? 

Todo empieza por romper la barrera interna que nos han fijado en la mayoría de las sociedades, levantar la cabeza y decir que somos capaces. Se requiere ver en una misma y en las mujeres a nuestro alrededor la fuerza y el talento para generar cambios, así como crear lazos de alianzas, pero sobre todo redes de apoyo, porque solas no podemos.  

A nivel general, también es fundamental fomentar políticas públicas diferenciadas y repensar las medidas aplicadas hasta ahora para tener una sociedad más inclusiva, con acciones en favor de las mujeres y niñas. Es esencial la sensibilización tanto a mujeres, para que se empoderen de sus derechos, como a los hombres, en masculinidad positiva para que cuenten con las herramientas que les permitan generar un ambiente social más igualitario, con la visión de ganar/ganar, para toda la sociedad.  

Cabe citar que la participación de las mujeres en puestos de decisión también es una necesidad. El tener un mayor equilibrio en la participación de hombres y mujeres, tanto en gobiernos como en empresas, resulta en decisiones que benefician a toda la ciudadanía. En el caso de las empresas, específicamente, se ha comprobado una mayor productividad y retorno de la inversión.   

Por esto, desde el PNUD promovemos la iniciativa global del Sello de Igualdad de Género en empresas e instituciones públicas, que en el país lidera el Ministerio de la Mujer con nuestro acompañamiento, así como la certificación de la norma país para la igualdad de género, NORDOM 775, a través del Instituto Dominicano de Calidad (INDOCAL).  Con el Sello IGUALANDO, se ha logrado una mayor equidad en ocho empresas, impactando a 18,534 personas, de las cuales el 39 % son mujeres y el 61 % hombres. 

Además, unas 18 empresas se encuentran en proceso de certificación, lo que impactará a 32,731 personas, de las cuales 48.4 % son mujeres y 51.6 % hombres. Esto significa que solo a través del sello privado estamos impactando a 51,265 personas (28,069 hombres y 23,145 mujeres).  Asimismo, también estamos apoyando a 10 instituciones del sector público en el proceso de obtención del Sello. 

Es necesario seguir trabajando para avanzar la igualdad. La brecha salarial de género persiste entre un 18 y un 23 %. Asimismo, la tasa de desempleo abierto para las mujeres es de 8.6 %, mientras que la de los hombres es de 3.9 %; esto tiene que cambiar. 



¿Considera que se ofrecen suficientes oportunidades a las mujeres?

Si bien las mujeres han conquistado espacios en los lugares de trabajo, la política y la academia, hace falta que estemos más representadas en los puestos de decisión. Debemos formar parte de los órganos donde se establecen los planes, políticas públicas y proyectos de transformación.

Por solo citar algunos ejemplos:  aunque las mujeres han estado en la primera línea de respuesta ante la crisis por la COVID-19 tanto en sus hogares como en los centros de salud, su participación en la toma de decisiones ha sido limitada, porque la mayoría de las instituciones públicas son lideradas por hombres. En el caso de la República Dominicana, solo el 37 % de miembros de las Comisiones de Respuesta a la Pandemia han sido mujeres, según datos recabados por PNUD y ONU Mujeres en el COVID-19 Global Gender Response Tracker.

Además, estudios realizados por el PNUD en los Parlamentos de la Región de América Latina han encontrado que cuando hay una mayor representación femenina se aprueban más leyes e iniciativas que favorecen a las mujeres, la igualdad y la eliminación de todo tipo de discriminación hacia las personas. 

Según el Foro Económico Mundial, la pandemia ha añadido 36 años al tiempo necesario para reducir la brecha de género pasando de 99.5 a 135.6 años.  

Se estima que la brecha es aún mayor para la participación política; aquí hemos pasado de 95 años en el 2020 para cerrar la brecha a 145.5 años en la actualidad. 

Es esencial elevar la participación de la mujer donde se deciden los cambios. Si no eliminamos la discriminación y trabajamos por la igualdad de género, no habrá desarrollo humano sostenible, así de simple. 

Se ha avanzado en cerrar las brechas, pero no lo suficiente

Venciendo al COVID-19