Niña genio

Michelle Arellano Guillén, de 9 años, está preparándose para entrar a la universidad y estudiar medicina. Es una niña genio que vive en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, en el sureste de México y, como cualquier pequeña a esa edad, tiene un montón de sueños: quiere ser actriz y bióloga marina, pero también le gustaría ayudar para encontrar curas para enfermedades en el área de la medicina.

La prueba de coeficiente intelectual (IQ) determinó que el suyo es de 158, cuenta su mamá Karina Guillén en una entrevista a la cadena de televisión CNN en Español. Michelle es parte del millón de niños superdotados que se calcula hay en México, según el Centro de Atención al Talento (CEDAT), una organización enfocada en atención y seguimiento a niños sobredotados.

"Quiero ser como mi mamá y como mi papá porque quiero salvar vidas", dice Michelle, quien asiste a sus padres, ambos médicos cirujanos, en el quirófano. ‘‘Nos pasa material bajo mi supervisión y la de un asistente’’, asegura su mamá.

Sus sueños son tan grandes como su potencial. "Quisiera en mi futuro colaborar para encontrar la cura del cáncer y del autismo. Porque conozco a una persona y he visto varias que tienen autismo y me da tristeza que no se puedan expresar. Entonces, yo quiero encontrar una cura para eso y un programa para entendernos".

Michelle habla cuatro idiomas (inglés, francés, alemán e italiano). Tenía un año y medio cuando aprendió inglés porque escuchaba a su papá, quien también habla varios idiomas, y fue él quien le enseñó lo básico antes de que la llevarán a una escuela de idiomas para seguir aprendiendo. A los cuatro años ya sabía leer y escribir.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) la sobredotación intelectual, a la cual se refiere como “giftedness”, equivale a un coeficiente intelectual (IQ) superior a los 130 puntos, mientras que el promedio se encuentra en 100 puntos.