Smart working: la oportunidad del 2017

El Smart working es la nueva alternativa que llega desde Inglaterra donde el rendimiento total consiste en poner a disposición del trabajador todas las herramientas que le permitan ser más eficaz y obtener reales resultados. Cantidad no es lo mismo que calidad y eso es lo que hoy buscan muchas empresas con el nuevo paradigma de smart work o trabajo inteligente, que intenta aplicar métodos, técnicas y estrategias para encontrar una forma más eficaz de realizar la jornada laboral.

“Trabajar de manera inteligente no es lo mismo que trabajar duro”  escribe Jeovany Ibañez

El smart working se basa en:
1- Conocer ampliamente los objetivos a alcanzar.

2- Tener muy en cuenta el tiempo disponible para lograrlos.

3- Contar con la tecnología necesaria para estar conectados.

4- Se realiza de forma remota, sin importar el lugar.

Cuidado que no se debe confundir con el teletrabajo. El smart working puede y debe ir mucho más allá del trabajo a distancia. El trabajo inteligente, supone incorporar en el management de las organizaciones y de las personas, los beneficios que la revolución TIC (tecnologías de la información) ha implicado: movilidad y ubicuidad, comunicación constante y permanente, conectividad, teletrabajo, acceso global al saber, networking, viralidad, gestión flexible del propio tiempo, posibilidad de aprovechar, si es educado, todo el potencial de inteligencia social y gestión de ideas y servicios en una economía digital.

Trabajar de forma cada vez más inteligente es el objetivo que se han impuesto muchas empresas por eso progresivamente las TICs han entrado en el ambiente laboral. Comenzaron con sistemas de e-mail, automatización de oficinas, Internet, teléfonos inteligentes, pasando luego a la llamada “Telework” con sus oficinas remotas, accesos seguros desde la casa, entre otros, evolucionando a “Work 2.0”, con herramientas de colaboración, video conferencia, telepresencia y Social Media.

Ahora ha llegado el smart work con el cual el trabajo es independiente de lugar y tiempo, la motivación del trabajador es intrínseca y utiliza herramientas en la Nube o Cloud. Algunas de las interrogantes que los especialistas se plantean son: ¿cómo trabajar smart y cómo conseguir que el trabajo inteligente mejore nuestro estilo de vida y beneficie a las empresas con las que trabajamos?

Ignacio Laclériga, director estratégico de Gestión de la Comunicación y el Cambio, Gecca, explica que para implementar este nuevo concepto debe tomarse muy en cuenta el talento humano, mediante incentivos que estimulen su autoformación, así como la tecnología con aplicaciones especialmente diseñadas para facilitar el manejo de las organizaciones.


“La formación sigue teniendo el papel principal en la nueva era de las empresas”.

El smart working supone una gran revolución con respecto a lo que se conocía hasta ahora. Pensemos que nuestro modelo de trabajo, sobretodo el nacional, está basado en la Revolución Industrial, en donde el presentismo, las grandes cadenas jerárquicas y el control, son las variantes que predominan.

Dinamizar la cultura de la flexibilidad laboral es un paso importante, pero es importante evidenciar la necesidad de una legislación que regularice esa nueva forma de trabajo, de hecho las empresas se exponen a importantes riesgos, como no poder actuar contra un trabajador que infringe sus deberes contractuales, asumir responsabilidades no previstas en materia de prevención de riesgos laborales o sufrir una fuga de información confidencial, entre otros (Baker & McKenzie). En Italia y Reino Unido “ya se han registrado las primeras iniciativas que dibujan una regulación en torno al smart working.

En Italia, por ejemplo, y según L’Osservatorio Smart Working del Politecnico de Milano, registra que en el 2016 el 30% de las grandes empresas del país ha puesto en marcha proyectos para normalizar este método en áreas como compras o administración, contra un 17% del 2015”.

Volvemos a la capacitación. El smart working no solo implica una forma de trabajar, sino una filosofía de equipo que debe estar asentada desde la base de la empresa. La mayor parte de las personas están acostumbradas a otras modalidades de trabajo, por lo que puede resultar difícil infundir la visión y la forma de trabajar. Otro punto es la necesidad de crear equipo para que el smart working no repercuta negativamente en la cohesión de la empresa. Cada profesional puede llegar a trabajar desde puntos muy distintos, en tareas muy diferentes y de forma muy individualizada, sin prácticamente comunicación con la mayoría del resto de trabajadores de la empresa. Esto implica la necesidad de desarrollar auto-responsabilidad, empowerment, herramientas para motivar al personal y para mantener el correcto equilibrio entre vida privada y laboral. ■
 

 

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Smart working: la oportunidad del 2017

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