Un verdadero nuevo orden mundial la hora del deber

Tenemos poco tiempo, esa es la verdad que estamos tan tentados a ignorar. Poco tiempo como raza, menos tiempo como individuos. El ritmo de los desafíos sociales, políticos, económicos y ecológicos, desafíos humanos todos, supera el de cualquier iniciativa que se esté gestando en algún rincón del planeta.

Mientras unos están logrando hazañas extraordinarias que mejoran índices de pobreza, de desigualdad, de impacto ecológico, de desarrollo económico o de educación, las grandes mayorías de la población mundial siguen avanzando hacia el abismo que sólo el egoísmo ha conocido.

Y la tierra se desgasta, y los territorios de dividen, y las sociedades se separan. Y cada día, menos se escuchan. Cada una enfocada en sus luchas.

En ese mismo contexto surgieron los Derechos Humanos, ¡vaya conquista! La posguerra marcando la pauta después de tanto perder; los líderes globales asumiendo el papel de gestores del cambio que el planeta entero requería… Y que más de 70 años después, y con mayor urgencia, sigue requiriendo.

¡Es que algo anda mal! Según algunos optimistas, al ritmo al que vamos el pronóstico de vida del planeta ya no llega al 30% de la que sería su vida útil total (unos 1750 millones de años más)*. Pero según el archifamoso físico británico Stephen Hawking, ya ni siquiera contamos con 100 años en nuestro futuro, es decir que estamos viviendo el último 0,0000002% de vida útil de la tierra**.

Entonces surge un gran dilema en las cuotas de responsabilidad: las “mayorías desfavorecidas “hacen responsables a las “minorías privilegiadas”, en un juicio moral; y esos privilegiados a su vez transfieren la culpa, con todo y condena, a aquellos desfavorecidos, con una consecuencia real. Y así hemos “avanzado” como sociedad, así han crecido las generaciones del último siglo, empoderadas para tener la razón en la lucha por un mundo más equilibrado y justo. Para defender e incluso exigir el respeto y las garantías de sus derechos.

Esos que quedaron históricamente establecidos en 1948, con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y que ganamos con el simple hecho de nacer.

¡Pero no es suficiente! iNo lo ha sido décadas después! Claro que hemos conquistado escenarios, ganado batallas, y logrado un planeta más consciente de las causas a defender, pero los desafíos más sentidos de la humanidad muestran con una claridad abrumadora, que el modelo no funciona, y que la lucha por los derechos no basta.

Mahatma Gandhi, Luther King, Muhammad Yunus, Malala Yousafzai, Greta Thunberg, cientos, miles y millones de otras tantas voluntades representan esta era, la era de los derechos. Sus extraordinarias luchas nos inspiran, pero a su vez parece que el tiempo expira.

Hemos logrado formar a buena parte de la humanidad para conocer y custodiar unos derechos que siempre es otro el que debe garantizar. Los gobiernos deben cumplirlos, los empresarios deben respetarlos, y todo aquel que ostente una posición de autoridad ha de tenerlos como premisa.

Pero no hemos sido igual de eficientes educando entorno a los deberes, esos que nos corresponden a todos por igual, como el deber de transitar el extraordinario camino abierto por los Objetivos de Desarrollo Sostenible rumbo al 2030.

Al contrario… Las corrientes de autoayuda, tan en boga y crecimiento, le huyen al deber, casi lo satanizan… “haz lo que quieras, no lo que debas”, “si lo haces porque debes hacerlo y no porque quieres hacerlo, nada saldrá bien”, aseguran. y tienen razón, pero de nuevo tomamos el camino equivocado… Distinto es el desafío de educar a un ser humano para que quiera hacer aquello que es su deber hacer, y que ha de ser ineludible para un individuo en libertad, que a su vez se sabe parte de un sistema, de una comunidad, de un barrio, de una empresa, de un municipio, de un país, y de un planeta.

Está claro…No es tan sencillo y atractivo defender un derecho, como ser garante de su cumplimiento, pero el llamado del planeta es ahora.

En plena era de los derechos, ¡llegó la hora del deber!

 

*Astrobiólogos de la británica Universidad de Anglia del Este (UEA) publicaron en la revista Astrobiology, en septiembre del 2013, una investigación en la que estiman que la Tierra mantendrá condiciones de habitabilidad por lo menos otros 1.750 millones años, una conclusión que considera nuestra distancia del Sol y las temperaturas a las que es posible que el planeta tenga agua líquida. Después llegará “la desolación”, indican. (Diario ABC 19/09/2013)

**En el 2017, como parte del documental de la BBC “Expedition New Earth”, Hawking declaró: “Deberíamos abandonar el planeta Tierra dentro de 100 años o nos encontraremos cara a cara con la extinción”.

Un verdadero nuevo orden mundial la hora del deber

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