IV Edición: Recursos energéticos & mineros

Accidente Cerebro Vascular (ACV), un enemigo silencioso

Las unidades de cuidados neuro intensivos se ocupan de los pacientes más graves con emergencias neurológicas. Estas incluyen accidentes cerebrovasculares isquémicos o hemorrágicos, infecciones cerebrales o meningitis, traumatismo craneoencefálico y estatus epiléptico.

Los tratamientos para accidentes cerebrovasculares han avanzado enormemente en los últimos años, tanto en el descubrimiento y expansión de las indicaciones para intervenciones endovasculares, como en el entrenamiento de personal especializado y la evolución del sistema de salud. Lamentablemente, aun no existe tratamiento, que pueda garantizar el retorno a la calidad de vida normal del paciente luego de una lesión neurológica grave.

Los accidentes cerebrovasculares son la segunda causa de muerte en República Dominicana, después de enfermedades coronarias e infarto al miocardio, con el cual comparten factores de riesgo. Estos incluyen hipertensión arterial, diabetes, tabaquismo y falta de adherencia a medicamentos prescritos.  Adicionalmente, según estudios realizados en E.E.U.U., los hispanos suelen tener menos conocimientos acerca de cómo reconocer los síntomas y sobre los tratamientos disponibles para los accidentes cerebrovasculares.

Los ACVs isquémicos son causados por una interrupción de la circulación cerebral, generada por un coágulo alojado dentro de las arterias que irrigan el tejido cerebral.

Estos eventos constituyen una emergencia médica, ya que los tratamientos disponibles solo son efectivos dentro de un marco de tiempo limitado. La alteplasa o TPA es un medicamento intravenoso anticoagulante que promueve la disolución del coágulo, pero solo es efectivo dentro de 3 - 4.5 horas después del ictus. Otra opción, la cual no está disponible en todos los centros de salud, es la trombectomía, este procedimiento consiste en la introducción de un catéter especializado para alcanzar la arteria cerebral afectada y físicamente remover el coágulo. Este procedimiento también es emergente y solo es efectivo si es realizado dentro de 12 horas después del ictus.

Debido al carácter emergente del ACV es de suma importancia que el público general sepa reconocer los síntomas iniciales de esta aflicción, ya que la efectividad del tratamiento depende directamente de que tan rápido se haya presentado el caso luego de su inicio.

Es lamentable cuando un paciente llega a la emergencia demasiado tarde para ser tratado exitosamente. En la actualidad, la mejor oportunidad para disminuir la incidencia, morbilidad, mortalidad y complicaciones de los ACV es un público que sepa reconocer el inicio de esta enfermedad, y sepa acudir al nosocomio a tiempo. (Identification of Barriers to Stroke Awareness and Risk Factor Management Unique to Hispanics

https://www.mdpi.com/1660-4601/13/1/23)

A saber, existe una manera fácil de recordar como reconocer el inicio de un ACV, conocido como F.A.S.T. por sus siglas en ingles. (https://www.stroke.org/en/about-stroke/stroke-symptoms


1.- “F”: Facial drooping (caída facial), es decir, el paciente se presenta con la boca o sonrisa desviada hacia un lado

2.- “A”: Arm weakness (debilidad en un brazo), sea parálisis o dificultad para levantar o mantener el brazo extendido

3.- “S”: Speech (el habla), dificultad para hablar, repetir, o el paciente es incapaz de comprender lo que se le dice o leer algún material escrito.

4.- “T”: Time to call 911(tiempo), ¡es hora de llamar a los servicios de emergencia!

 Informarse más sobre el ACV, y actuar rápidamente si sospecha que si mismo o un ser querido está sufriendo del inicio de dicha emergencia médica puede hacer toda la diferencia para superar tal situación.

Link = https://www.cdc.gov/stroke/docs/hispanic_men_stroke_factsheet.pdf

Racial disparities in neurologic health care access and utilization in the United States

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5567325/

Pew Research Center on Hispanic demographics https://www.pewresearch.org/topics/hispaniclatino-demography/

https://www.ahajournals.org/doi/10.1161/circ.140.suppl_2.410