La música en vivo perjudica el medio ambiente
La industria de la música en directo se ha disparado en las últimas décadas. En 2023, la multinacional Live Nation Entertainment informó de la asistencia de 145 millones de fans a 50.000 eventos en directo en todo el mundo.
El asistente medio a un festival de música produce unos cinco kilogramos de dióxido de carbono al día, lo que contribuye a una media de 500 toneladas de gases de efecto invernadero emitidos por festival. En 2023, el sector aportó más de 115 millones de libras de residuos y 400.000 toneladas de contaminación por carbono sólo en Estados Unidos.
Pero, ¿no contribuirían todos estos asistentes con estos residuos y contaminación sin importar dónde estuvieran? Pues no. Detrás de esta huella de carbono hay una serie de costes medioambientales únicos, uno de los más destacados es el transporte aéreo. Los artistas llevan a cada actuación su equipo, su material y sus instrumentos, y pueden utilizar aviones privados. Los artistas más famosos acumulan mayores emisiones en todo el evento, ya que es más probable que los fans vuelen o conduzcan largas distancias para verlos. Otros factores importantes son la iluminación y el sonido, que suelen funcionar con gasóleo, y la comida servida con vajilla no reutilizable ni reciclable, que también suele acabar contaminando la tierra.
Aunque insostenible, no es probable que la popularidad del sector se vea frenada. Pero varios festivales, conciertos y recintos han encontrado formas de reducir su impacto. Coldplay ha captado la energía cinética de los fans para cargar las baterías del espectáculo mediante bicicletas estáticas y una pista de baile. Otros artistas, como Billie Eilish, han utilizado sistemas de baterías inteligentes cargadas al 100% con energía solar para que sus actuaciones sean neutras en carbono.
Recientemente, Outside Lands de San Francisco se asoció con REVERB, una organización sin ánimo de lucro que intenta descarbonizar la industria musical, para desviar de los vertederos el 90% de sus residuos, que ascienden a 385.000 toneladas. Entre las técnicas empleadas figuran la obligación de utilizar vajilla 100% compostable y la venta exclusiva de botellas reutilizables.
El Grupo de Investigación de Máquinas Climáticas del MIT está realizando un análisis de la huella de carbono de la música en directo, con un informe previsto para 2025. A medida que se adopten estas prácticas, el futuro de la música en directo será más prometedor.